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"De la mano de Dios y con metas claras, todo fluye" - Nathalia López
A Nathalia López Guerrero los retos y las dificultades no la detienen, más bien la animan a seguir dándolo todo para mejorar, y su filosofía consiste en dejar que todo fluya. Esta joven desamparadeña se despide del equipo de fútbol sala de la Universidad de Costa Rica con la satisfacción de haber ido escalando, hasta el punto de integrar y ser capitana de la selección nacional.
Nathalia le debe su pasión por el balón a sus hermanos (son tres varones), con quienes comenzó a jugar desde niña. “Me tocaba, si no me quedaba sin jugar”, comenta entre risas. Con sus dos hermanos menores aún comparte casa, al igual que con sus papás, en Desamparados. “Mi hermano mayor ya se casó, y tengo una sobrina de 10 años, ya casi de mi tamaño”.
A toda su familia ella le atribuye la motivación con la que enfrenta cada fase de su vida. “Mi papá siempre nos ha dicho que nuestra herencia es el estudio”. Él, junto a su madre, son los pilares de su casa y quienes han apoyado en todo momento a ella y sus hermanos, incluyendo el menor, quien tiene una discapacidad. “Él también me motiva cada día, porque a las cosas difíciles les pone siempre una buena cara”.
A pesar de que vivió un tiempo en Puntarenas cuando era niña, Nathalia se identifica totalmente con Desamparados. “Me gusta la cercanía con todo, en pocos minutos estoy en San José o en San Pedro. El barrio y mis amigos es lo más bonito de vivir en Desamparados”.
Fue ahí también donde empezó en el mundo del futsal, cuando integraba una escuela de fútbol y un visor la llevó al equipo femenino de fútbol sala de Desamparados. “Eran puras señoras y yo. Luego empezamos un equipo que se llamaba las Estrellitas, que ya eran puras niñas”. Ahora el futsal no lo cambia, pues “es rápido, hay que pensar mucho, tomar decisiones en segundos. El fútbol es más pausado y más físico. En el futsal uno está todo el rato en el juego”.
La otra pasión en la vida de Nathalia es la Odontología, carrera en la que ya se dispone a realizar la etapa de internado. Al principio estuvo dos años en la carrera de Ingeniería Química, pero tras recibir el apoyo de sus papás decidió cambiarse a lo que en realidad quería. “Cuando era niña yo iba al dentista y era feliz, pasaba preguntando”. En la U se ha dado cuenta que la Odontología “tiene una parte muy humana, muy social. Eso es lo que más me ha gustado”, afirma.
La carrera de Odontología demanda mucho tiempo, como también sucede con los entrenamientos y competencias, sobre todo para una deportista que integra un equipo, una selección universitaria y una selección nacional. “A veces he tenido que dejar exámenes, o dejar pacientes esperando una semana, pero al volver ellos se sienten orgullosos de lo que uno hace, eso es bonito”.
Para Nathalia, un reto ha sido participar con las selección nacional y la selección universitaria en competencias internacionales. “Ir y que te bailen toda, eso te anima a seguir trabajando y ser todavía mejor, e ir escalando posiciones”. Por eso, entrena durante toda la semana para ir mejorando. “Uno se pone pequeñas metas, yo quiero ser mejor siempre, entonces el futsal me ha enseñado a ser disciplinada, ordenada, organizada”.
Además del futsal, Nathalia disfruta de otros deportes en forma recreativa, como las caminatas, correr, hacer canopy o rafting, así como el baile. “Me gusta mucho bailar, yo me tiro a la pista y soy feliz”. En cuanto a sus gustos, le gusta la música reggae y comer dulces, sushi y papas fritas.
Nathalia debe despedirse del equipo de futsal de la UCR, pues el internado no le dejará mucho tiempo para entrenar como lo hace actualmente. Ella tiene muy claras sus metas y trabajará por ellas como lo ha hecho hasta ahora. “Me gustaría conseguir una beca, para estudiar una especialidad. Me visualizo a futuro con una familia y ojalá con una clínica propia”.
Lo que también tiene claro es que este es un buen momento para despedirse del equipo que tantas alegrías le dio. “Gané mucho con la U y siento que termino bien y feliz con los logros del equipo”.
Por: Alejandro Portilla Navarro.
Fotos: Cortesía de Nathalia López.
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