En la piscina se quedan el estrés y el cansancio - Melissa Piedra

El cansancio que puede tener por entrenar de lunes a viernes, Melissa Piedra Láscarez lo compensa con la motivación de mejorar cada día y con la tranquilidad que siente al salir del agua tras un buen entrenamiento. Esta joven herediana da sus primeros pasos en el equipo de Natación de la Universidad de Costa Rica, al que ingresó el año anterior. 

Melissa vive en Santo Domingo de Heredia con su mamá y su tía abuela, además de su perra Motita. Para ella, su mamá es el mayor ejemplo a seguir. “Ha logrado salir adelante conmigo y también como profesional. Es una persona que nunca se ha rendido, que con cada obstáculo ha agarrado fuerzas para seguir con sus objetivos y metas”. 

También su abuelo es un gran apoyo, según comenta. “Me ha escuchado, aconsejado, regañado y ha tratado de enseñarme a no estresarme tanto por las cosas”. Sus abuelos viven en Coronado, y su familia cercana se completa con una prima a la que considera una hermana, y los papás de ella. 

Melissa recuerda también con cariño a su bisabuela, quien la cuidó cuando era niña. “Jugó conmigo y me esperaba en la puerta de la casa todos los días que yo volvía de la escuela en buseta. Cuando entré al colegio se fue deteriorando poco a poco su salud”. Ella falleció a inicios de este año y ha sido uno de los momentos difíciles en su vida. 

Sin embargo, Melissa ha aprendido a superar las dificultades desde muy pequeña. Apenas con 8 meses, según cuenta, fue diagnosticada con leucemia, y aunque logró vencer la enfermedad a los 2 años gracias al tratamiento de quimioterapia, durante su estancia en el hospital tuvo una complicación por una bacteria que le dejó cicatrices en su pie, su brazo y su mano izquierda. “Siempre vi esas cicatrices como marcas especiales que me hacían única”. 

Hoy, Melissa cursa el segundo año de la carrera de Ingeniería Mecánica en la UCR y en esto también su abuelo tuvo mucho que ver. “Siempre me han gustado mucho los carros. Desde chiquita me gustaba ver a mi abuelo arreglar los carros y acompañarlo a las ferias de maquinaria. Él fue instructor de mecánica en el INA y ahora es agente de ventas de maquinaria agrícola”. 

Su meta es aplicar en un futuro lo aprendido en la U “me gustaría trabajar como jefe de taller de alguna empresa de autos, diseñar autos desde el motor hasta decidir como pintar la carrocería o también colaborar en el diseño de equipo médico, como prótesis robóticas o máquinas para distintos procesos médicos”. 

En la U, además de las aulas de Ingeniería, pasa mucho tiempo también en la piscina, pues entrena todos los días. Ahí ha vuelto a enamorarse de la natación, un deporte que empezó a practicar de niña pero que dejó por un tiempo porque se aburrió de las profesoras y su mal modo. A los 13 años lo retomó y desde entonces inició el camino que la llevaría al equipo de la U de la mano del anterior entrenador. 

La gente del equipo es increíble. Aquí conocí a quien hoy es mi novio y a varios amigos que desde el primer día que llegué me incluyeron en el grupo”. Para Melissa, los miembros del equipo “han sido como hermanos mayores o ‘madres postizas’ que me cuidan cuando estoy despistada. Hombros que me han consolado cuando he estado triste, personas que me han motivado a seguir adelante, con las que también he reído montones y me ayudaron a acoplarme y conocer la U”. 

Melissa solo ha participado en un torneo con la UCR, pero espera que sea el primero de muchos. Lo más importante para ella es que el deporte le ha servido para seguir la recomendación de su abuelo de desestresarse, y sobre todo para llevar una vida organizada y buscar superarse. Eso, sin duda, le ayudará a cumplir su principal objetivo en la vida: “En un futuro quiero, principalmente, seguir siendo feliz y alegrar a los que están a mi alrededor”.

Por: Alejandro Portilla Navarro.
Fotos: Cortesía de Melissa Piedra.

Comentarios

Entradas populares