El resultado de grandes esfuerzos - Diana Valdivia

Por: Adriana Suárez Brenes
La Real Academia
Española define la pasión como “apetito de algo o afición vehemente a ello” y
qué bonito es poder sentir esto a lo largo de toda nuestra vida. Diana Valdivia
es alguien que vive su vida vehemente y a través de esta pasión le da sentido a
su vida.
El deporte la ha caracterizado por mucho tiempo y, tras las lesiones que deja practicarlo, encontró la motivación para estudiar Terapia Física, carrera a la que ingresó en el 2009 en la UCR. Por ello, siempre se ha guiado por su amor al deporte para así dirigir su carrera en aquella dirección y ha logrado crear la combinación perfecta para sentirse agradecida con Dios de levantarse cada mañana y hacer únicamente lo que ama.
Gracias a la
confianza brindada por el profesor Lic. Eddie González, fisioterapeuta que nos ha acompañado en
distintas competencias universitarias a lo largo de los años, Diana tuvo la
oportunidad de asistir como fisioterapeuta voluntaria para los Juegos
Deportivos Universitarios Centroamericanos (JUDUCA) 2014 en Nicaragua donde mostró
el resplandor de su talento. Tanto así que en enero del 2016 fue llamada a
formar parte de la familia de la Unidad de Programas Deportivos y de
Representación de la UCR como fisioterapeuta para los deportistas de distintos
equipos universitarios.

Con gran
ilusión, irá a cumplir su meta de crecer profesional y personalmente en el área
que más le gusta. Además, siempre deseó llamarse “máster” antes de cumplir 30
años. A pesar de no saber hacia dónde se dirige su futuro, Diana anhela
empaparse de conocimiento para volver a la UCR y poner en práctica lo
aprendido.
Una de las
instituciones que más ha ayudado a “Valdi” cumplir este sueño es la UCR. Ella
se asegura de mostrar su amor y agradecimiento por todo lo que esta institución
le ha brindado desde jugar en el equipo de fútbol femenino, conocer personas
que han iluminado su vida y propiciarle una beca deportiva para financiar sus
estudios en Terapia Física, hasta ser el primer lugar donde laboró. Está tan
agradecida que siempre está en busca de la manera de devolver todo lo que pueda
y esta maestría es un medio para hacerlo.
El amor y
confianza que le han dado todos ha sido el motor de su toma de decisiones.
Primero que todo a Dios quien la llena de bendiciones, a Henry Ortiz y Gerardo
Corrales quienes creyeron en ella y le dieron la responsabilidad laboral más
bonita, a los profesores Eddie González y Judith Umaña, y, sobre todo, a los
deportistas con quienes creó un fuerte lazo donde compartieron buenos ratos,
risas, lágrimas, triunfos y derrotas.
El ejemplo que
brinda Diana es de admirar. La pasión que siente por la vida la ha llevado por
buenos caminos y esperamos que la siga guiando hacia el éxito. Queda de más
decirle a Diana que le deseamos lo mejor y la Universidad de Costa Rica estará
eternamente agradecida por su apoyo al deporte universitario.
Fotos cortesía: Diana Valdivia
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