María Fernanda Fernández Villalobos
Esta semana, la deportista del equipo de Natación UCR, María Fernanda Fernández Villalobos, nos dio a conocer un poco sobre quién es ella, más allá de la natación.
Fernanda es estudiante de segundo año de Educación Especial. Aunque esta no fue su primera opción. En sus últimos años de colegio su meta fue entrar a la carrera de Química Pura, meta que logró cumplir. En esta carrera pretendía ayudar a las personas desde el laboratorio, quería cuidar de la salud de los demás. Pero después de conocer la carrera un poco más a fondo se dio cuenta de que no se sentía como ella esperaba. El no conocer a quienes ayudaba le dejaba una zozobra.
Antes de química, ella quería ser educadora. Su mamá fue educadora, y su abuelita también. Le gustaba que las mujeres de su familia pudieran ayudar a jóvenes en su crecimiento a través de la educación. Les brindaban a estos jóvenes y niños un apoyo académico o emocional que, muchas veces, no encontraban en su casa. Gran parte de lo que llamó la atención de María Fernanda hacía Educación Especial fue la parte inclusiva. Ella ha notado que no existe tanta inclusividad como debería en el sistema educativo del país y le gustaría colaborar con sus estudiantes para que logren grandes cosas que el sistema no les deja siquiera intentar.
A la nadadora le gusta socializar y conocer a quienes la rodean. Para calmar sus nervios le gusta conversar, y de esa manera distraerse de lo que le preocupa. Contaba que antes de entrar al equipo de la U, muchas de sus amistades nacieron porque, previo a las competencias, a ella le gustaba acercarse a hablar con sus compañeras para calmarse un poco, y en el camino lograba calmar los nervios de ellas también.
La disciplina deportiva no la eximió de ‘’jalarse más de una torta’’. Contaba que para la segunda vez que viajó para competir, tuvo la oportunidad de ir a Guatemala con su familia, allí visitaron un centro comercial. En ese momento Fernanda tenía 10 años y sus dos hermanas 6 y 4 años, por lo que necesitaban un poco más de atención. Avisó a sus papás un par de veces que tenía que ir al baño, y ella creyó la habían escuchado, así que se fue. Un par de minutos más tarde salió del baño para encontrar el centro comercial completamente vacío y a su papá desesperado buscándola. Para esa época, en Guatemala hubo varios secuestros a menores, por lo que el personal de seguridad ordenó cerrar el establecimiento para buscar a Fernanda. Hoy su familia se ríe de lo que pasó, pero su papá aún recuerda vivamente los nervios de ese día.
La deportista actualmente es vecina de Moravia. Allí vive con sus dos hermanas menores, Natalia e Isabel, con su papá Alexis y su madrastra Adriana, quien ha sido como una segunda mamá para Fernanda. La joven de 20 años comenta que la familia es su pilar más importante. Desde que empezó a competir a los 9 años sus hermanas y sus papás no han dejado de aplaudirle y apoyarla con carteles y palabras de ánimo, en las buenas y en las malas.
Actualmente uno de sus pasatiempos preferidos es pintar, y de vez en cuando le gusta realizar manualidades que espera poder compartir con sus estudiantes en algún momento. Hoy, la futura educadora tiene grandes planes para su futuro. Le gustaría llegar a obtener un doctorado en Educación en España, ya que es un país que ha avanzado mucho en temas de educación inclusiva. Hoy se encamina dando lo mejor de sí en la U.
Por: Jimena Obando Rivera
Fotografías por: María Fernanda Fernández Villalobos.
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