FÚTBOL SALA MASCULINO: Creatividad que brilla en el deporte, el diseño y la vida

Por: Adriana Suárez Brenes

Rizos largos y negros que caen al lado de su cara, ojos angostos y alargados y una sonrisa tímida, pero amigable, caracterizan a “Chino”, bueno, a David Meléndez, pero pocos lo conocen por su nombre completo. A sus 23 años, David lleva casi su vida entera siendo aficionado del fútbol, pues dicen que desde bebé disfrutaba de jugar con un balón. 

Proveniente de Guadalupe de San José, forma parte de una familia de cuatro: sus padres, hermano menor de 7 años, Isaac, y él. Sus padres, a pesar de tener un hijo a una joven edad, siempre se preocuparon para que no le faltara nada creciendo. Su padre es muy trabajador y su madre, aparte de compartir esa cualidad con su padre, es muy ordenada y quien lo aconseja cuando lo necesita. Juntos, como familia, han sido capaces de sobrellevar adversidades que han impactado su vida como lo fue las pérdidas espontáneas que tuvo su madre durante el embarazo, pero gracias a su fe en Dios, lograron transformar la tristeza en energía y motivación para seguir adelante. Por eso, sus padres han sido un gran ejemplo en su vida y los admira mucho. 

Desde Limón hasta Cariari, sus caras nunca faltan en la gradería de cada partido. Con su apoyo incondicional, sus padres viajan por todo el país para asistir a sus partidos y apoyar al equipo universitario. Además, como broma, consideran Isaac la mascota del equipo, pues aparece en cada foto grupal. 

A parte de su gran habilidad deportiva, David disfruta de dibujar e incluso estudia una carrera que le permite combinar sus gustos y aptitudes: Diseño Gráfico. Además, le gustaría estudiar Educación Física. Sus amigos son una gran parte de su vida y goza de pasear y conocer destinos nuevos en Costa Rica junto a ellos. Al llegar los fines de semana, a David le gusta salir a bailar o mejenguear con ellos o sus primos.

El fútbol ha sido parte de su vida desde corta edad. A los 11 años formó parte del equipo de Saprissa, además de integrar el equipo de Heredia y por último, Brujas, del cual se salió a los 16 años por dificultad de combinar el estudio y el deporte. Gracias a esta decisión, logró superar sus notas que eventualmente lo llevó a ingresar a la UCR.

Hoy día, tras las vueltas y nuevos caminos que brinda la vida, forma parte del equipo de fútbol sala donde encontró a quienes se sienten como su segunda familia. Además, gracias a la fuerte unión de equipo y los buenos líderes positivos, pudo coronarse campeón, junto con sus compañeros, de la división de Primer A, el cual les dio el pase a la Liga Premier.



David le da gracias al deporte por enseñarle la importancia de distribuir bien su tiempo. Desde la escuela hasta la universidad, ha tenido que aprender cómo llevar el estudio y el deporte. No ha sido fácil, pero agradece la enseñanza, pues es una herramienta esencial para el futuro. En unos años, David se ve trabajando para una agencia de publicidad donde pretende adquirir todos los conocimientos necesarios para luego crear su propia agencia. Por ahora, David tiene su graduación en la mira y el inicio de sus estudios deportivos. Lo seguiremos viendo en las Instalaciones Deportivas que se ha convertido en su segundo hogar.

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