Andrea Campos - Resiliencia en el esgrima y la vida


Por: Gabriel Valverde

Andrea Campos, esgrimista de la Universidad de Costa Rica, estudiante de Salud ambiental y Química y seleccionada nacional, nos brindó una amena entrevista en la cual nos contó de su historia, su vida actual y sus metas a futuro. Con dos carreras universitarias simultáneas y un alto compromiso con su deporte, Andrea intenta balancear su vida de manera que pueda realizar todo lo que le apasiona. 

Siendo la menor de cuatro hermanas, Andrea se considera la "chineada" de la casa. Sus tres hermanas mayores son de edades muy similares entre ellas, mientras que Andrea es considerablemente menor. Por esta razón, siempre ha sido la bebé de la familia. Campos recuerda su infancia queriendo jugar con sus hermanas y sentir esa diferencia, pues ellas ya estaban en etapas de vida distintas. 

Es en este contexto que llega el esgrima a su vida. Una exhibición que realizó el equipo de esgrima de la Universidad de Costa Rica mientras su familia vacacionaba fue lo que la enganchó al deporte. Luego de insistir en que la inscribieran en el equipo, fue su abuela quién tomó la iniciativa y la llevó a una práctica. En el momento parecía como una excelente opción para que la joven Andrea pudiera divertirse fuera de la casa y compartiera con más gente de su edad. Sin mayores expectativas, Andrea ingresó al equipo infantil de esgrima de la institución. 

Después de su primer competencia, Andrea decidió tomarse el esgrima más en serio, impulsada por la enorme gratificación que la competición y el proceso previo le brindó. Luego de varios años de estar metida de lleno en el deporte, fue llamada a ser parte de la selección nacional, implicando un compromiso aún mayor con la disciplina. Una vez finalizada su etapa colegial, Andrea ya estaba consolidada en el equipo de la Universidad de Costa Rica y tenía varios años de experiencia en la selección. 

Su primer año universitario se caracterizó por un evento que marcaría su vida por siempre. Cerca de finalizar su primer semestre, Andrea tuvo que enfrentar la pérdida de su madre. Con una metástasis detectada desde hacia ya un tiempo, Andrea y su familia sabían que eventualmente iba a llegar el momento de despedirse de su madre, sin embargo, la situación llegó antes de lo esperado. Por si fuera poco, su madre falleció faltando una semana para una competencia mundial de esgrima en Rusia, para la cual Andrea estaba convocada. Llena de un admirable coraje y espíritu de lucha, Andrea decidió no dejar ir la oportunidad y viajó al otro lado del mundo a representar al país. “No quise que fuera una excusa para dejar de hacer lo que me gustaba o para dejar de ponerme metas. Más bien yo sé que eso era lo que a mi mamá le gustaba, que nosotras siempre nos proponíamos cosas y nos gustaba luchar hasta conseguirlas. La verdad fue un tipo de motivación”.

Andrea recuerda el viaje y la competición como un punto clave en su proceso con la situación familiar que vivía en el momento. El salir del contexto en el que se encontraba y pasar tiempo sola fue de gran ayuda para asimilar lo que estaba pasando. Además, el ganar algunos de los encuentros en los que participó fue un gran impulso para demostrarse a sí misma de lo que era capaz. 

En su retorno al país fue cuando comenzó el proceso más difícil, acostumbrándose a la nueva realidad con la que le tocaba lidiar y aprender a vivir con eso. La unión familiar fue indispensable para dicho proceso. Andrea recuerda el apoyo de sus hermanas con gran cariño, asegurando que a final de cuentas, "las únicas personas que saben exactamente cómo me siento son ellas". 


De manera muy llamativa, Andrea hace una equiparación entre el esgrima y las situaciones de vida a las que se ha enfrentado, asegurando que "muchas de las cosas que pasan en la competencia, en la pista, aplican en la vida real, en el momento de tomar decisiones, de estar seguro de lo que uno hace". El esgrima la ha preparado para tomar decisiones rápidas, adaptarse a la situación del momento y a enfrentar lo que venga con determinación. De esa misma forma afrontó la continuación en la universidad, el equipo universitario, la selección nacional y demás. Si bien reconoce que los meses posteriores al fallecimiento de su madre fueron de muchos altibajos, ella logró seguir adelante y no dejar que la situación significara un interrupción total a las cosas que le apasionan. Tiempo después, Andrea viajó por Centroamérica, Alemania y Suiza en distintas competiciones y fogueos con la selección nacional. Además, viajó con la Universidad de Costa Rica a Taipei, China a la competición mundial Universiada 2017. 

Con esa característica fortaleza emocional y mental, Andrea continúa su vida con metas altas y trabajo duro. En un futuro cercano, la finalización de la carrera de Salud Ambiental es una de las metas principales. Además, sueña con participar en competiciones internacionales similares a la Universiada y las Olimpiadas mundiales también. Con su espíritu resiliente y apasionado, no cabe duda de que llegará a grandes cosas. 











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