BALONMANO: siempre divertirse - Carlos Brenes

Por: Gabriel Valverde

Con un aspecto amigable y tranquilo y un notorio orgullo por la Universidad de Costa Rica que se denota desde su vestimenta hasta su manera de expresarse, Carlos Brenes, estudiante de Ingeniería Civil y miembro del equipo de Balonmano, nos recibe para contarnos un poco de él y su historia. Amante de los deportes, los videojuegos y las películas, Carlos nos expresa sus intereses, diversiones y metas. 
Vecino de Turrialba, Carlos recuerda su infancia con gran aprecio y alegría. Como muchas personas de su generación, Carlos creció jugando en exteriores con amistades, tanto del barrio como de la escuela. Entre sus juegos favoritos recuerda las famosas “canchitas” en la calle de su barrio, en donde podía invertir gran cantidad de horas. Fueron muchas las tenis deportivas que tuvieron que comprarle sus padres por su constante uso y desgaste. Además, recuerda jugar “mete tres” durante el día y “escondido” en las noches en su barrio, el cual contaba con muchas locaciones aptas para el juego. 
Nieto de un famoso ebanista del pueblo, Carlos recuerda siempre la presencia de madera en la casa. Con restos del material que sobraba, se inventaba un bate y lo complementaba con bolas de papel periódico forradas con cinta adhesiva para jugar su propia versión de béisbol. 
Por otra parte, los videojuegos también fueron parte de su infancia. Recuerda haber tenido diversas consolas durante distintas etapas. Muchas veces pedía permiso para quedarse a dormir donde amigos de la escuela y jugaban Play Station. “Fue bastante sana (la infancia). Practiqué mucho deporte. La verdad es que de mi infancia no me quejo. Fue bonita”, afirma.
Carlos se vino a vivir a San Pedro luego de concluir su etapa colegial, siguiendo su interés por la Ingeniería Civil. Su proceso de adaptación a la vida josefina no le costó mucho, pues varias amistades de Turrialba ya vivían en la zona y no sintió mayor diferencia entre San José y su pueblo natal. Por otra parte, desde pequeño había estado viajando a San José a visitar a familiares, acostumbrándose a la capital rápidamente. Vivir solo no fue mayor complicación, pues desde temprana edad cocinaba. En su etapa escolar ya preparaba comidas básicas y en el colegio inclusive horneaba por diversión. 
Su interés por los videojuegos se mantiene hasta la fecha. Como muchos, Carlos es fiel aficionado a FIFA, juego en el cual ha ganado torneos inclusive. También es fanático de juegos como Rainbow 6, Fornite, Pubg, The Witcher III y Star Wars Battlefront II. Además, Carlos disfruta ver películas, teniendo entre sus directores favoritos a Clint Eastwood por películas como Gran Torino y Río Místico, Quentin Tarantino por “la manera en la que cuenta las historias, los diálogos, los personajes, las malas palabras, la sangre, diálogos fuertes”, y David Fincher por películas como Seven y Fightclub. 
Su vida actualmente está dedicada en gran parte al balonmano y a su carrera universitaria. Sin embargo, está en proceso de reacomodo pues viene saliendo de una seria lesión que lo alejó de su deporte favorito por un tiempo considerable. A finales del 2016, en medio de un entrenamiento, un mal movimiento le hizo sufrir una ruptura de hueso y ligamentos en el tobillo, obligándolo a recibir cirugía y estar en reposo total durante 4 meses. Carlos recuerda su etapa de lesión con cierto grado de angustia, pues representaba una posibilidad gigantesca de no volver a jugar. Ver su tobillo con tornillos incrustados era un factor de alta preocupación e incertidumbre. En dicha etapa, Carlos recuerda a su madre, quien siempre estuvo ahí apoyándolo y siendo soporte, y a su mejor amigo Freddy, quien también lo acompañó durante el proceso e inclusive lo llevaba a las citas médicas. 
Dichosamente, Carlos logró superar la lesión de manera exitosa y ahora se encuentra en proceso de retomar ritmo. A inicios del 2018 volvió los entrenamientos y pronto estará en su ritmo y condición física ideal. El joven deportista se encuentra trabajando fuertemente para retomar su mejor nivel, siempre con la meta de ser parte del equipo universitario y representarlo de la mejor manera. “Estar representando una institución tan prestigiosa, benemérita de la educación, va a ser siempre un orgullo, ya sea aquí o afuera (del país)”, afirma el turrialbeño, con ojos llenos de genuina honra.
En cuanto a su futuro, Carlos se ve desarrollándose tanto en el campo de la Ingeniería Civil como el Balonmano. Con la idea de tener una vida sencilla, tranquila y sin muchos lujos, Carlos espera definir pronto en qué área de su carrera va a especializarse y empezar a ejercer lo antes posible. Por su parte, con el deporte se ilusiona con la idea de llegar a la Selección Nacional, sin embargo, asegura estar más que contento con su pertenencia a los equipos de la Universidad de Costa Rica y Turrialba. Sea cuál sea la ruta que tome su carrera deportiva, Carlos recuerda que su máxima aspiración como jugador es divertirse.

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