Una pasión que nació en la UCR - Diego Ramírez

Cuando Diego Ramírez Chacón dejó su tierra, Liberia, para estudiar en la Universidad de Costa Rica, no se imaginaba que allí iba a encontrar un deporte que le daría un nuevo rumbo a su vida. 

El equipo de porrismo de la UCR no solo le ha permitido desempeñarse como deportista y entrenador, sino que también le permitió conocer a su esposa, Mónica Rapso. Con ella vive hoy en Curridabat, aunque toda su infancia y adolescencia la pasó en la Ciudad Blanca, hasta que a los 17 años se mudó para comenzar la U. 

Allá en Liberia permanece su familia. “Tanto mis padres como mis dos hermanos menores viven en Liberia, siempre trato de visitarlos cuando puedo pero a veces es un poco complicado debido a la distancia”. Diego afirma que sus padres son su ejemplo de vida. “Ellos han sido siempre mi motivación y la persona que soy es gracias a ellos”. 

Este joven guanacasteco estudió Ciencias de la Computación e Informática en la Sede Rodrigo Facio. “Siempre me gustó el tema de las computadoras pero fue cuando estuve en el Colegio Científico de Liberia cuando supe que eso quería estudiar, los profesores de computación que tuve fueron muy buenos y supieron despertar y desarrollar en mí esa chispa”. 

Al principio reconoce que le costó un poco adaptarse a la capital. “El hecho de no conocer a nadie, no conocer la ciudad, un estilo de vida y un ritmo de vida muy diferente, fue un gran cambio pero yo tenía muy claro lo que quería para mi futuro”. 

Actualmente, además de ser el entrenador del equipo de porrismo de la U, también trabaja como ingeniero analista en el departamento de Inteligencia de Negocios de la empresa GBM Corporation. “Trabajo para esa empresa desde hace 9 años y gracias a Dios me ha ido muy bien, me he desarrollado mucho como profesional y como persona”. 

En cuanto al porrismo, si bien ha sido el deporte que ha moldeado su vida actual, hasta su paso por la UCR no sabía bien lo que era. “Siempre me gustó practicar deportes pero nunca tuve idea de que se trataba el porrismo, hasta que en la Universidad una compañera de clases que formaba parte del equipo me invitó a participar de las pruebas de admisión”. 

Una vez que ingresó, esta disciplina lo apasionó tanto que permaneció por 8 años, hasta que surgió la vacante de entrenador y decidió participar. “Descubrí lo complejo y exigente que es este deporte, desde un inicio me di cuenta que el compromiso debía ser al máximo y ese tipo de retos me gustan”. Hoy ya cuenta con cinco años al frente del equipo. 

Diego afirma que es una experiencia que no cambia por nada. “Este deporte cambió mi vida y he conocido muchísimas personas que considero mi familia. Mi relación con los atletas es excelente y debe ser así ya que es un deporte donde se necesita mucha confianza mutua”. 

Además de la confianza, el otro valor que se requiere es la disciplina, sobre todo en su caso para atender cada parte de su vida: la familia, el trabajo y el equipo de porrismo. 

Su estilo de vida, según reconoce, le deja poco tiempo para entretenimientos que tienen otras personas, como las mascotas o la música. “Casi siempre estoy desactualizado con los últimos lanzamientos musicales, lo cual es un problema”, afirma, aunque este inconveniente debe solventarlo a la hora de idear los mixes para las rutinas de porrismo. 

Lo que sí disfruta es una buena salida al cine con su esposa, algo que hacen cada semana. “A veces vamos aunque no haya una buena película para ver, simplemente por el hecho de compartir ese momento juntos”. Así, juntos, esperan permanecer por mucho tiempo y hacer crecer su familia y sus proyectos personales. 

“En un futuro espero seguir como entrenador del equipo de porrismo de la UCR y mantener a nuestro equipo por el camino del éxito. Espero lograr hacer crecer varios proyectos que tengo junto con mi esposa para la enseñanza de porrismo desde tempranas edades y además seguir desarrollándome y consolidándome como un empleado de valor agregado para la empresa que trabajo”.

Por: Alejandro Portilla Navarro.
Fotos: Cortesía de Diego Ramírez.